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Francisco Cerúndolo ganó el Abierto de Eastbourne. ¡Festeja él, festeja su equipo y festejan también las autoridades fiscales del Reino Unido, un poco las argentinas, y sobre todo el Banco Central!
El tenista argentino, desde hace tiempo primera raqueta nacional y ubicado en el puesto 19 del ranking mundial de la ATP, y que se ubica aún más arriba en el ranking que solo toma en cuenta los resultados del año y determina quiénes participarán en las Finales de Turín, venció al estadounidense Tommy Paul por 6-4, 1-6 y 6-4 luego de una hora y 53 minutos de juego.
El título en el Rothesay International, nombre oficial del torneo que volvió a jugarse hace unos años en Eastbourne, convirtió a Francisco en uno de los únicos tres jugadores argentinos en poseer un título sobre césped (Javier Frana y obviamente Guillermo Vilas son los otros integrantes de este selecto grupo al cual estuvieron a punto de sumarse Nalbandian y Del Potro), y también en uno de los pocos tenistas argentinos con títulos en dos superficies diferentes antes de llegar a los 25 años.
Más allá de que Fran tenga futuro de Top-10 y que el tenis argentino haya vuelto a generar ilusión en sus seguidores entre los que obviamente me incluyo, con jugadores como él, Sebastián Báez y Tomás Etcheverry, entre otros, el objetivo de esta columna va por otro lado.
El torneo de Eastbourne, como se podrán imaginar, reparte cientos de miles de dólares en premios. De ese dinero, al campeón le corresponden €110,070 (aproximadamente US$120,000).
La pregunta que les hago a ustedes es la siguiente: ¿tienen idea de qué parte de ese monto bruto le quedará libre de impuestos a Fran, para luego gastar, ahorrar o invertir, es decir, beneficiarse con el fruto de su trabajo?
No se trata de una respuesta muy compleja, pero sí un poco triste y sumamente injusta en el caso de deportistas argentinos.
En primer lugar, el Reino Unido aplicará una retención del 20%, que irá directamente a la autoridad fiscal del Reino Unido (HM Revenue & Customs).
Así las cosas, en la cuenta bancaria de Fran deberían acreditarse inicialmente unos US$96,000.
Si Cerúndolo tuviera su residencia fiscal en Mónaco, Bahamas, Uruguay, etc., como tienen muchos de sus colegas, pero también en general deportistas que compiten en deportes individuales (pilotos de autos, boxeadores, golfistas, etc.), ahí prácticamente terminaría la historia. Y, de hecho, Fran no tendría que volver a tributar sobre las ganancias que eventualmente obtenga de invertir ese monto ni obviamente tampoco tributará por simplemente mantener ese dinero dentro de su patrimonio.
Asumiendo que ese no sea el caso, y que Fran siguiera viviendo en Argentina, surgirían varios problemas más, que podríamos resumir de la siguiente manera:
- Para empezar, el premio de US$120,000 libre de las retenciones inglesas (es decir US$96,000) deberá pasar por la conversión de dólares a pesos argentinos al ficticio tipo de cambio oficial, transformándose – una vez que dicho monto llegue a la cuenta bancaria del tenista – en pesos equivalentes a US$47,000 (más allá de cuál sea nuestra postura personal, el Banco Central argentino sigue considerando este tipo de ingresos como exportaciones de servicios).
- A ese monto, si Francisco utilizara una cuenta corriente en lugar de una caja de ahorros, habrá que descontar el impuesto a los débitos y créditos bancarios (0.6%).
- Luego de ello, un poco más adelante en el tiempo, el jugador deberá pagar el impuesto a las ganancias en Argentina por la diferencia que pudiera existir entre el 35% que cobra nuestro país y los impuestos que termine pagando en Inglaterra (la retención será del 20%, pero el impuesto a las ganancias total a pagar dependerá de la cantidad de dinero que genere en suelo inglés en todo 2023).
- Finalmente, deberá pagar el impuesto a los bienes personales sobre la parte de ese dinero que termine quedando en su patrimonio.
- Por otro lado, y aunque no tiene que ver de manera directa con el tema impuestos sobre premios sino con el hecho de ser residente fiscal argentino, asumo que debe tener muchos gastos y que gran parte de ellos debe afrontarlos con recargos; ya sea usando dólares estadounidenses billetes o asumiendo el Impuesto PAIS y distintas percepciones (todos esto no sucedería si fuera no residente en el país).
En definitiva, al final de la historia, el premio de US$120,000 se dividirá, a grandes rasgos porque hay muchas cuestiones puntuales que analizar para llegar a la cifra exacta, de la siguiente manera:
- HM Revenue & Customs: US$24,000 (por lo menos)
- Banco Central argentino: US$42,000
- Jugador: US$51,000
- AFIP: US$3,000 (máximo)
Nuevamente, el que compartí arriba es un análisis puntual y muy básico, que asume que no hay más ganancias de fuente inglesa en el año, que no hay gastos para deducir, etc. Pero el objetivo de esta columna es didáctico, no técnico. Pasa por crear conciencia.
Dos comentarios o reflexiones finales que son relevantes:
- El hecho de que se haya practicado una retención en la fuente sobre el premio no implica que no haya que pagar impuestos adicionales a final de año en el Reino Unido. Muchos deportistas han asumido lo contrario y luego han tenido problemas. Esto es algo que hay que estudiar caso por caso, porque depende de muchos factores.
- Si bien desde 1996 existe un convenio para evitar la doble tributación entre Argentina, por un lado, y Gran Bretaña e Irlanda del Norte por el otro, que establece que las rentas obtenidas por un residente de un Estado Contratante (en este caso, sería Argentina), con respecto a servicios profesionales u otras actividades de carácter independiente solo pueden someterse a imposición en este Estado, el mismo deja expresamente fuera de esta norma a artistas y deportistas.
¿Qué son los tratados internacionales para evitar la doble tributación?
Básicamente, se trata de un acuerdo negociado entre dos o más países con el objetivo de impedir que un bien o renta concreto sea gravado con el mismo impuesto en países distintos. En este caso, de no existir este convenio, Francisco no debería pagar en Argentina un impuesto a las ganancias por el 15% de la ganancia neta obtenida, como mencioné más arriba, sino un 35%.
¿Cuál sería mi consejo para Cerúndolo?
El mismo que le doy a todos los deportistas argentinos:
- Que analice mudar su residencia fiscal a otro país, ya que esto que vimos brevemente en esta columna es peor aún para ingresos correspondientes a inversiones financieras o a la explotación de las marcas personales de artistas y deportistas (contratos de sponsoreo, posteos en redes sociales, presencias en eventos, etc.)
- Que estudie si pueden transferir su marca personal a una estructura fiduciaria eficiente.
- Que se rodee de asesores legales, impositivos y contables independientes y experimentados en todos los países en los cuales tienen ganancias y/o activos, utilizando el mismo grado de profesionalismo con el que eligió a su entrenador, su preparador físico y su manager.
A todo esto, acaba de comenzar Wimbledon, torneo que reparte casi US$60,000,000 en premios y el cual significaría, si Francisco hubiera llegado por ejemplo a Cuartos de Final, unos US$430,000 adicionales a los ya US$2,928,968 que lleva ganados solo en premios en su carrera, al menos según al website oficial del ATP Tour.