
Por qué importa mirar hacia Bolivia
agosto 27, 2025Hace unos días regresé de una mini gira por Centroamérica y el Caribe y quería contarles un poco de esta experiencia, que para mí fue muy enriquecedora.
Si bien en UNTITLED SLC tenemos clientes en cada uno de los países que visité en América Central, e inclusive en otros a los que aún no he ido, como Nicaragua u Honduras, la mayoría de esas familias llegaron a nosotros a través de recomendaciones de sus banqueros privados en Estados Unidos o Suiza. Es decir, no fuimos nosotros los que hablamos con los clientes por primera vez de la importancia de planificar y demás, sino que se trató de una semilla sembrada por sus asesores financieros.
Esta vez, quise conocer de cerca la realidad política y la actualidad en materia tributaria, de privacidad y en general de la seguridad jurídica de estos países, y hacerlo de primera mano: conversando con su gente, visitando abogados locales y tratando de entender qué es lo que a los habitantes de esta región con patrimonios relevantes les preocupa o, como siempre digo, no les deja dormir por las noches. Porque está claro que los problemas en Centroamérica son diferentes a los que existen en América del Norte, la región Andina o el Cono Sur.
Mi recorrido incluyó Costa Rica, Guatemala y República Dominicana. Los dos primeros, esenciales en la historia de América Central; el tercero, ligado geográficamente más a América del Norte, pero muy conectado a la dinámica caribeña. De hecho, escribo estas líneas desde Tórtola, donde pasaré tres semanas, a solo una hora y media de avión de Santo Domingo.
Algo que me llamó la atención durante este viaje fue el vínculo que une a estos países, especialmente a los centroamericanos: bancos y empresas que operan en varios de ellos, mucha relación entre las familias de alto patrimonio de un país y del otro, una sinergia que se ha mantenido a lo largo de casi dos siglos. No es solo por su historia –sabemos que formaron parte de la misma colonia española y que El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua y Costa Rica lograron su independencia el mismo día, el 15 de septiembre de 1821– sino por la capacidad de mantener esa conexión sin perder lazos con el resto del mundo.
De esta visita me traje varias reflexiones que quiero compartir:
- La desigualdad se percibe con claridad. Como en buena parte de América Latina, el capital está muy concentrado. Y no estoy diciendo que esto sea en sí mismo malo ya que, como siempre explico, el verdadero problema no está en la desigualdad sino en la pobreza o, más aún, en la falta de movilidad social ascendente.
- Con salvedades, la estabilidad política parece más sólida que en otras regiones de nuestra querida América Latina. De cualquier manera, nadie puede negar la inmensa capacidad de la clase política latinoamericana para echar a perder un país en poco tiempo.
- Como en casi todo el mundo, hay una tendencia a adoptar estándares internacionales de transparencia (FATCA, CRS, etc.). Si bien varios países de la región aún no son firmantes de CRS, claramente la tendencia es esa y cualquier familia que viva en esta región debe asumir que en pocos años más dicho país va a estar recibiendo información financiera de manera automática de Suiza, Panamá, Islas Caimán y otras plazas financieras internacionales. A modo de ejemplo, citemos lo que sucedió en Costa Rica. Para quienes no están familiarizados con el tema, Costa Rica salió de la Lista Negra de la Unión Europea tras la aprobación de la Ley N° 10.381 el 2 de octubre de 2023, ley que reformó la Ley del Impuesto sobre la Renta para eliminar el tratamiento preferencial a las rentas pasivas de fuentes extranjeras que la UE consideraba un abuso fiscal y causaba la inclusión del país en la lista (a modo anecdótico, la reforma que encaró Costa Rica consistió en un “cut and paste” de la normativa uruguaya). Aunque posteriormente, en octubre de 2024, se revisó su estatus y se incluyó de nuevo a Costa Rica en la «lista gris» (Anexo II) debido a cuestiones pendientes en materia de transparencia tributaria, el país finalmente salió de la lista gris de la Unión Europea recientemente (en febrero de 2025), luego de alinearse con las recomendaciones del Foro Global de la nefasta OCDE.
- Otro tema relevante desde el punto de vista de la planificación patrimonial es que muchas familias de la región tienen integrantes que son a su vez norteamericanos, y ya sabemos que los Estados Unidos son prácticamente el único país del mundo que basa su sistema tributario, no en la residencia ni el domicilio, sino en la nacionalidad. Esto genera no pocos inconvenientes y desafíos.
Ante este panorama, surge una pregunta: ¿cómo está Centroamérica en cuanto a la protección patrimonial?
La mayoría de estos países mantiene un sistema impositivo territorial, es decir que no se tributa por ganancias obtenidas fuera de la jurisdicción. Sin embargo, esto está cambiando: en Honduras, por ejemplo, hace un par de años hubo un proyecto para modificarlo (me refiero al “Proyecto de Ley de Justicia Tributaria” sobre el cual en su momento nos expedimos desde The 1841 Foundation, www.the1841foundation.com) y Costa Rica ya adoptó -como señalamos- algunos cambios siguiendo la línea de Uruguay.
Sin embargo, pese a que está claro hacia dónde va el mundo y que Centroamérica es parte de él y por ende va hacia el mismo lugar, aunque a paso más lento, y pese a que hay varias firmas locales promocionando las bondades de la planificación patrimonial, las familias de mayor patrimonio de la región siguen apostando a herramientas de los años ochenta o noventa, como son las sociedades y fundaciones en interés privado panameñas, más que nada por motivos culturales, idiomáticos y de cercanía geográfica.
No hay nada de malo en usar estructuras incorporadas en Panamá, y de hecho nosotros lo solemos hacer, lo que no está bueno es que sea la única opción a considerar y que todas las familias, independientemente de sus objetivos y demás, terminen implementando exactamente las mismas soluciones.
Pienso por ende que hay mucho por hacer y que tenemos mucho para aportar.
De alguna manera, estaría bueno que las familias locales y sus asesores pudieran aprovechar que en el resto del continente ya se han testeado estructuras más sofisticadas, que existe jurisprudencia al respecto y que se han desarrollado además buenas prácticas en la industria para adoptar soluciones más modernas que permiten alcanzar un mayor número de objetivos de planificación.
En resumen, fue una visita grata y muy productiva. No será de ninguna manera la última. El año próximo vamos a hacer uno o dos viajes similares y hasta quizás lleve mis Bootcamps a alguna ciudad de Centroamérica o el Caribe. Por acá les iré compartiendo mis experiencias.