
Una batalla a favor del cuidado patrimonial
junio 27, 2025¿Qué tienen en común la escritora Beatriz Sarlo y los músicos Toni Braxon y Birdman?
¿En qué se parecen el futbolista Gonzalo Montiel, el músico Edelmiro Molinari y un hombre mayor, con varias propiedades y bienes en efectivo?
A simple vista, no mucho. Pero vayamos de a poco.
Les comparto unas noticias de estas últimas semanas. O al menos sus encabezados.
- Hace alrededor de un mes, en el mundillo cultural argentino se armó revuelo: el encargado del edificio en el que vivía la fallecida Beatriz Sarlo, presentó unas notas manuscritas, presuntamente por la escritora y periodista, en las que ella le dejaba a él una propiedad, el último departamento en el que residió, y también la custodia de su gata Nini.
- En la misma semana, se dictó el procesamiento del abogado Nicolás Payarola, ex abogado del futbolista Gonzalo Montiel, acusado de estafar al jugador y quedarse con alrededor de 700 mil dólares, incluyendo parte del premio por ganar con la selección argentina el campeonato del mundo en Qatar, en diciembre de 2022.
- Semanas antes, el reconocido músico argentino Edelmiro Molinari, guitarrista de Almendra, admitió en redes sociales que no estaba en condiciones de pagar el alquiler y pidió ayuda económica para poder salir adelante.
- Hace pocos días, otra noticia sacudió los portales: se desató una guerra familiar en Argentina por el engaño a un hombre –perpetrado por su hija y una de sus nietas– para quedarse con propiedades y millones de dólares pertenecientes a la herencia familiar, lo que desató una batalla legal (además de los conflictos que un drama así genera en las relaciones).
- Última, aunque obviamente podría seguir por un largo rato: la ganadora del Grammy, Toni Braxon, le habría demandado 80 millones de dólares a su reciente esposo, el magnate del hip-hop Birdman, como parte de una solicitud de divorcio. Dato: llevan juntos 18 años, pero se casaron hace algunas semanas.
A simple vista, esta sucesión de noticias no parece tener tanto que ver entre sí. Pero ya lo saben, solo hay que pensar un poco más allá. Todos, absolutamente todos los conflictos mencionados se podría haber previsto y evitado: hacía falta sentarse en la mesa con las personas que había que sentarse y definir un proceso que facilitara la estructuración patrimonial.
En algún caso, la solución pasaba por un testamento que no dejase dudas, en otros por la designación anticipada de curadores, la negociación y firma de contratos claros con quienes nos asesoran o la redacción de un acuerdo prenupcial.
Aunque suene difícil, aunque parezca complejo, estructurar el patrimonio es esencialmente eso: anticipar y evitar conflictos futuros. Conflictos que pueden llegar por las pujas familiares, por muertes repentinas, por malas decisiones –de inversión, de confianza en una persona cercana o incluso las decisiones tomadas a partir de impulsos sentimentales– o por contextos impredecibles.
Tengo tres libros escritos sobre el universo de la protección patrimonial (y estoy trabajando en el cuarto) y en cada uno de ellos aproveché para contar casos reales, conocidos, con los que cualquiera de nosotros se topa cotidianamente en portales e informativos de TV, porque creo que ahí está todo a la vista. La fragilidad a la que nos enfrentamos cada día. ¿A quién no le da miedo perderlo todo? No poder asegurar el futuro, que los hijos no puedan sostener lo que queremos dejarles, que las crisis y las decisiones de los gobiernos nos atraviesen la realidad de mala manera. Tener miedo es humano. Y protegernos es algo instintivo. O al menos intentar hacerlo.
Y es precisamente por esto que vengo diciéndoles:lo que hay para mostrar está ahí, a la vista de todo.
En esas noticias –que pueden ampliar con una simple búsqueda en Google– y en otras que van a aparecer en cualquier momento. Basta con salir a la calle, con abrir un grupo de chat, con escuchar la radio. Porque no hay día en que alguien no quede cara a cara con un riesgo. ¿Estamos dispuestos a reducir ese riesgo? ¿Queremos hacerlo? ¿Vamos a dedicar al tema el tiempo y los recursos necesarios? Recuerden que siempre es más caro no proteger el patrimonio, que hacerlo.
Para que lo piensen. Para que lo pensemos.