Planificación patrimonial: nada más lejos de una planilla Excel
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Desde el 10 de diciembre tenemos en Argentina un nuevo gobierno, presidido por Javier Milei. Esto, claro está, va a suponer cambios -o eso esperamos-. ¿Qué podemos esperar? Aciertos y errores, como sucede en los gobiernos normales, a los que no estamos acostumbrados. Ante eso, lo importante es estar preparados.
En el comienzo del nuevo gobierno, y con muchas ganas de que las cosas cambien en Argentina, intento ser realista. Quiero -como la mayoría de los argentinos- que las cosas vayan bien, pero no puedo dejar ver algunas cuestiones que me preocupan y, por eso, les adelanto que las razones para estructurar nuestros patrimonios siguen igual de vigentes que siempre.
La planificación tiene que ver con determinar de qué manera estructuramos legalmente nuestro patrimonio para evitar los riesgos a los que los patrimonios están expuestos (creciente voracidad tributaria, inseguridad jurídica, falta de privacidad y demás) y para lograr objetivos concretos (resolver cuestiones sucesorias, elegir el régimen patrimonial aplicable a un futuro matrimonio, lidiar con la vulnerabilidad o la incapacidad propias o de terceros, etc.).
Estos objetivos varían caso a caso, pero los riesgos que enfrentan los patrimonios siempre tienen que ver con la residencia fiscal de las personas o las familias en cuestión.
En relación con la asunción del nuevo gobierno, estamos los que pensamos que Argentina sigue siendo un país inseguro jurídicamente y que eso no se va a resolver en un mandato presidencial, están los que quieren mantener su patrimonio lo más lejos posible de las autoridades tributarias y por ende buscan privacidad, hay quienes esperan por el eventual blanqueo, con la esperanza de que las cosas esta vez sean diferentes o simplemente porque necesitan dinero blanco en Argentina y, por supuesto, no faltan los optimistas que quieren regresar al país o invertir en Argentina.
Ante estos escenarios, distintas posibilidades.
Personalmente, y tal como adelanté y digo siempre, creo que Argentina sigue siendo jurídicamente insegura. De hecho, que un país pueda cambiar 180% en pocas semanas, aun cuando a uno en lo personal le puedan gustar los cambios, o la mayoría de ellos, es sinónimo de inseguridad jurídica. Si un gobierno central tiene en efecto ese poder, nadie podrá evitar que un gobierno nacional posterior, de otra ideología, dé marcha atrás con todos esos cambios e inclusive gire más hacia la izquierda aún. Frente a eso, las únicas opciones que hay son los trusts irrevocables y las mudanzas internacionales. Todas las demás alternativas estarán sujetas a las leyes argentinas directas o indirectamente.
Quienes están preocupados por la falta de privacidad, también deben tener en cuenta los trusts irrevocables, pero a su vez tienen la posibilidad de tener activos en Estados Unidos que, por el momento, no tiene intercambio de información automático con Argentina y que, cuando lo tenga, no va a intercambiar información sobre beneficiarios finales sino sobre titulares de cuentas bancarias, como hemos explicado tantas veces.
Mientras tanto, los más optimistas, aquellos que quieren volver a invertir en Argentina, deben tener en cuenta que este es un país con grandes vaivenes políticos y, por lo tanto, recomendamos protegerse con alguna sociedad incorporada en un país que tenga un tratado de inversión extranjera con Argentina (España o Estados Unidos, por citar dos ejemplos).
¿Qué hacer si lo que queremos es regresar al país? Las mudanzas siempre son un tema complicado y sensible, incluso cuando uno regresa a un país en el que ya vivió. Las mudanzas implican pensar cómo nos queremos mostrar: ¿El país donde vivo actualmente me permite estructurar mejor en materia patrimonial? Entonces tal vez puedo estructurar antes de volver. La planificación, cuando uno se muda a un país, es pre-inmigración, no post-inmigración.
Más allá de los cambios que está haciendo el gobierno actual, hay otras razones como puede ser la protección contra terceros, las cuestiones sucesorias o la vulnerabilidad/incapacidad que siempre van a generar la conveniencia de estructurar el patrimonio.
En otras palabras, aun cuando a alguien no le importe lo que está haciendo el gobierno, de todas formas hay razones más que importantes para planificar, para organizarse.
Finalmente, quiero compartir algunas conclusiones que considero importantes en este momento:
- Argentina seguirá siendo un país de alta tributación, al menos en el corto plazo: porque frente a la crisis, el nuevo gobierno subió algunos impuestos -más allá de que después los quiera bajar- y no eliminó aquellos que obviamente deberían dejar de existir (como es el caso de bienes personales). Ojalá esto cambie, pero la realidad muestra que, en lugar de discutirse la derogación del régimen de coparticipación, se discute si se va a coparticipar el impuesto al cheque y que la primera idea frente al fallo adverso en la Causa YPF es crear la “Tasa Kicillof”, es decir, un nuevo impuesto.
- La inseguridad jurídica no se resuelve en una semana, en tres meses ni en un período presidencial, con lo cual, pensar que Argentina es un país seguro jurídicamente es algo que no recomiendo. Muchos ya lo pensaron en 2015…
- Se viene un blanqueo que les permitirá a algunos ordenar sus patrimonios, pero en el marco de un contexto internacional que no ayuda a que sea exitoso. Mirá las columnas que hemos escrito al respecto acá.
- Hay razones locales e internacionales para que todos -tanto los pesimistas, los realistas y los optimistas- planifiquen su patrimonio.
Espero, una vez más, que les haya servido mi mirada sobre la realidad argentina.